martes, 18 de octubre de 2011

Conspiranoia 1

Sí, lo admito, me gusta Íker Jiménez y me gustan sus programas de radio (no de tele). Y de ahí el tema de las Conspiranoias, aunque creo que tampoco estoy muy desencaminada.
Como expliqué hace alguna entrada, este verano ha sido mi estreno en Port Aventura. Era 1 de agosto, lunes, y el terror a las posibles e interminables colas hizo que nos presentáramos en el parque bien pronto.
La primera atracción que te encuentras es Furius Baco, una especie de montaña rusa en la que te lanzan a una velocidad de vértigo por un raíl que atraviesa el lago del parque haciéndote perder, a parte de la compostura, pendientes, relojes y demás.
Había 1 hora y 45 minutos de cola!!!!! Para una atracción que dura... 30 segundos... Después de estar apretujados 10 minutos, nos dejamos llevar por los muchos impacientes que decidieron salirse de la cola para ir a otra atracción. Al bajar la escalera de la atracción había una caseta del parque que vendía el pase Port Aventura Express, que, por si no lo sabéis te permite acceder a las atracciones sin hacer colas. Ja! Tras la experiencia abortada en Furius Baco, sacamos la cartera y compramos el pase.
Nos subimos a todas las atracciones importantes sin apenas esperar. Pero es que... No hubiera hecho falta gastarse el dinero del pase! En las otras atracciones la cola era de 10-15 minutos.
Conspiranoia:  La cola del Furius Baco no es de verdad. Está llena de extras, que van abandonando la cola poco a poco, para hacerte desistir, para que dejes la atracción para otro momento y te encuentres así, de frente, a la amable señorita que te vende un pase preferente y evitarte las colas.



¿No es raro que la cola de esta atracción fuera de casi 2 horas y la del famoso Dragon Kahn, sólo de 10 minutos?
Conclusión: Como nosotros, fueron muchos los que compraron el express al salir de Furius Baco. ¿Fácil y efectiva maniobra de Port Aventura para ganar más dinero?

Queda dicho.

lunes, 17 de octubre de 2011

Reflexiones desde el otro lado

Desde los 8 hasta los 14 años fui al mismo colegio por el mismo camino. Acabando ya mi etapa escolar un día decidí levantar la mirada y me di cuenta de que desde allí se veía el Tibidabo. Seis años mirando al suelo habían hecho que yo no me fijara en eso. A partir de entonces decidí mirar las cosas desde el otro lado.
Es cierto que muchas veces que he comentado maravillada mis "descubrimientos" me he encontrado con un:
"_ Claaaro, ¿no te había dado cuenta?". Estoy seguro que en fondo ellos mismos tampoco se había percatado de como son las cosas desde el otro lado.
Un día, viajando en avión me di cuenta de que las nubes dan sombra. La perspectiva habitual es la de ver que las nubes cubren el sol. Desde el otro lado, cuando estás entre el sol y las nubes te das cuenta de que esa "oscuridad" en esa zona no es otra cosa que la sombra que proyecta la misma nube.
Cerrar los ojos es como apagar la luz. Cierras los ojos y no ves nada. Parece que en cuanto los cierras se apaga lo que hay ahí fuera. O que se acciona algún mecanismo y estos dejen de ver. Pero  no es cierto. Vemos. Vemos la parte interna de nuestros párpados. No es muy interesante, pero es lo que tenemos delante de nuestros ojos.
Desde siempre, supongo que debe ser deformación profesional, me pregunto quién fue el primero que decidió como se llamaba cada cosa. Hoy en día cuando decimos "silla" todos los que hablan/entienden/comprenden nuestro idioma saben a qué nos referimos, pero ¿por qué?. No me imagino el momento en qué alguien señaló un objeto, pronunció un sonido y fijó el nombre.

Seguiré reflexionando.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Por qué decidí estudiar Filología?

Me quedo sin dedos de las manos si me pongo a contar las veces que me han preguntado:"_ ¿Y tú que has estudiado?", y yo he contestado:"_ Filología...Italiana", y ellos han dicho:"_ ¿Y... Para qué??? ¿Para qué sirve???"
Esta pregunta me solía repatear un poco al principio, al cabo de un tiempo me tomaba mi respuesta como una provocación:"_¡ JA! ¡Ahora me voy a quedar contigo. Toma ya!".
Siempre he sido de letras... O quizás no... Repasando los experimentos sobre mi capacidad para respirar bajo el agua, me he acordado de que no fue esa mi única experiencia científica.
Vivíamos ya en Barcelona cuando una maravillosa fruta se cruzó en mi camino. Era la fruta más impresionante que yo había visto en mi vida de niña. Es importante este detalle ya que para los niños una fruta gusta si se puede hacer algo interesante con sus huesos o pepitas como por ejemplo convertirlos en preciosa munición de cerbatanas marca BIC o en silbatos "sacaquiciosos". Pero no, ese hueso era mucho más. Era grande, y no era duro del todo. ¡Era el hueso de un aguacate! ¡Uf! Apareció de debajo de una pulpa mantecosa que no me interesó para nada. Lo primero que hice en cuanto mi madre me lo dio fue... ¡Exacto! ¡Morderlo! ¡Era diferente! ¡Lo tenía que tirar al suelo para ver como reaccionaba!!!! ¡Eso tenía que rebotar! ¡Por fuerza!!!
Pero no. Hizo un sonoro "cloc" y rodó debajo de la mesa. ¡No podía ser! Tenía que haber algún fallo. Lo recogí y lo tiré de nuevo con más fuerza... Otro cloc... Y nada más. ¡No podía ser! ¡Algo tan fantástico no podía hacer "cloc" y ya está!
El científico que llevo dentro se puso a pensar. Me llevé el hueso al lavabo, llené la pica de agua caliente y metí el hueso en remojo. Si se ablandaba rebotaría... Si lo remojaba con agua y jabón igual se ablandaba esta vez... ¿Y si en vez de agua caliente lo probaba con agua fría? ¿Y si lo dejaba dos días?? ¿Y con... colonia????
No conseguí que mi hueso de aguacate rebotara y sigo sin entender como es posible que no lo hagan ya que considero que tienen todas las cualidades para poder hacerlo.
Fue una decepción. Quizás una más que me llevó a dejar la experimentación científica para dedicarme a las letras puras.
Aunque... sé de alguien que ahora estará pensando que el año pasado tuve durante una semana unas piezas de metacrilato remojadas en Coca-Cola para quitarles la pintura.

martes, 11 de octubre de 2011

He vuelto con cosas que contar

Han pasado tres meses desde la última vez que escribí algo. Ha sido un verano ajetreado de bolos. Quizás no ha habido muchos pero si que han sido muy intensos y lo que más me preocupa: me ha costado mucho recuperarme de ellos... Cosa que me ha hecho pensar por primera vez que empiezan a pesar los años.
A parte de los bolos me he estrenado en Port Aventura. Muchos diréis que ya era hora... Pues sí. Eso mismo digo yo! ¿Cómo he podido estar tantos años sin ir? Me encanta!!!! Me gustaría vivir allí!!! A parte de disfrutar como una enana, la visita al parque ha hecho que mi lista de conspiranoias aumentara. Prometo una entrada al respecto.
Respecto a potingues varios he descubierto cositas muy interesantes: monoï de Tahití, Lush, bb creams, paletas de Coastal Scents y similares... Ah! Glamourum box! Poco a poco, que si no haré una megaentrada que va a ser imposible de leer.

De momento lo dejo ahí. Volveré en breve para empezar a contaros cosas más detalladamente.
Un beso!